Reflexión Personal; Bloque I

    Respecto a mi aprendizaje, tengo que decir que es un acto diario y constante que forma parte de mi vida, hoy en día de una forma más activa. En concreto, sobre el mundo de la literatura es algo que crece de manera exponencial, puesto que parto de cero (o poquito más). No puedo decir que el gusto por la literatura vaya a aumentar considerablemente, pero si es cierto que cada vez mi punto de vista, cambia de perspectiva y mi crítica hacia ella, la podré hacer desde un mayor conocimiento.

     Con este bloque temático, he sido consciente de que como maestra, debo tener un mínimo de recursos para enseñar y poner a disposición de mis alumnos, siendo capaz de entender y conocer qué quieren y dónde pueden encontrarlo. Para desarrollar esta competencia, no hay un límite máximo y además… de los que más podré aprender será de esos niños que me dirán qué les gusta, qué personajes les hace sentirse identificados, o con qué historias sueñan despiertos.

    Siempre he sido consciente de que hay críticos de cine, de teatro, literatura, pintura… pero también es cierto que el receptor de todas estas fuentes de arte (entre otras) puede ser jurado sin ser experto en la materia, y quizás, el más importante; al fin y al cabo ¿qué harían todos ellos sin el público de cualquier opinión o categoría? Hasta que las personas aprendemos, como es ahora el caso de los libros infantiles, a catalogar bajo ciertos criterios la validez de un objeto, todos somos capaces de decir si algo nos gusta o no. Nos puede o no despertar interés, inquietudes y sensaciones que a veces no habíamos experimentado, y para evadirse, quizás sea esta la mejor forma de saber si disfrutamos o no.

    Pero, lo realmente importante del por qué necesitamos este criterio y capacidad crítica para decidir, es que serviremos de guía para seres humanos, sobre quiénes ejerceremos una labor educativa que formará parte de ellos, su desarrollo y… ojalá de su recuerdo. Para ello debemos ser autónomos y a la vez flexibles para saber mostrar, enseñar y aprender junto a nuestra clase, pero siempre, bajo unas directrices y pilares que conduzcan con un mismo objetivo.

   La historia nos dice, cómo no siempre los gustos se repiten. Las personas vivimos en sociedad, y dependemos de muchos y variados condicionantes. En su momento se buscó la moralidad, ahora la diversión y el hecho lúdico, que... porqué no, es educativo a la vez, sin ser ésta la razón de la literatura infantil. "La lectura es la comunicación con nuestro ser, nuestra imaginación y nuestro gobierno".

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